domingo, 8 de diciembre de 2013

cuento

TENTACIONES
Era el mes de junio, mi padre organizo un banquete en la casa para festejar su cumpleaños número 46, la fiesta estaba rodeada de gente abrumante, aburrida más que mi abuela Leticia y su música de danzón, que lo único que provocaba en mi era sueño. Allí estaba tomas, de unos 42 años, 4 años menor que mi padre pero con un aspecto físico envidiable entre la gente de la fiesta, el hombre de sonrisa radiante, de ojos azules fijos hacia a mí y que rodeaban hasta los deseos imposibles de hacer en ese momento crucial en que nos miramos, se acercó a mí, sentí recorrer en mi cuerpo un frio que no podía describir en ese momento, -¡Penélope! , ¿Cómo estás? Me pregunto amablemente, -¡bien! don tomas todo bien-por favor Penélope, puedes decirme tomas, con confianza.
Dime- ¿tienes planes para salir mañana en la tarde?, pregunto
-Mmm… no, bueno al menos eso creo, ¿Por qué la pregunta don tomas? Digo-¡tomas!
-Bueno, es que tu padre me ha dicho que te encanta leer novelas de aventura y pensé si querías que te prestara algunas  novelas que tengo en mi pequeña biblioteca de la casa-me dijo con una sonrisa que reflejaban en mi deseos de poder hacer contacto sus labios con los míos
-claro, allí estaré presente, conteste.
Al día siguiente trate de ponerme lo mejor que tenía en mi closet, esa tarde el sol penetraba hasta mis huesos, hacia una calor insoportable, así que decidí ponerme un vestido que me llegaba hasta las pantorrillas, con estampados de flores de diferentes colores, y un sombrero que le había quitado a mi abuela, me mire en el espejo y vi en mi a una niña tal cual fuera a misa los domingos con su familia a deleitar la palabra de dios y salir como una santa virgen.
-papá, voy a salir
-Se puede saber a dónde te diriges-me pregunto misteriosamente
-A la biblioteca, a leer una novela de aventura, que no he podido terminar de leer.
Bueno, vete con cuidado hija, por favor cuídate mucho, quizás me lo dijo por lo que sucedió la semana pasada, mi amiga Karla había desaparecido, sus padre la habían mandado a comprar a la tienda que está a la vuelta, pero no regreso, tres días después la encontraron muerta en un lote baldío cerca la Plutarco Elías, quizás por eso mi papá dijo que fuera con cuidado a la calle. Llegue a la casa de tomas, era una casa de dos plantas, con un colorido agradable, al entrar a la casa de tomas me dirigió hacia su pequeña biblioteca. Al entrar quede sorprendida al ver la multitud de libros, no pude resistir mis tentaciones y me dirigí hacia los libreros donde estaban las novelas, no sabía por cual empezar, todas eran realmente interesantes. De repente sentí un aire húmedo cerca de mis oídos, unas manos gruesas y largas, cogiendo mi cintura y acariciándolas con una ternura, después sentí sus labios recorriendo mi cuello como si se tratase de un mapa, sentía un calor desprendiéndose de mi cuerpo excitado. Sus labios y los míos se tocaron, no sé en qué momento sucedió el beso apasionado. Me desprendió el vestido que traía puesto, parecía un león salvaje atacando a su presa para poder comer,  yo no pude hacer nada, disfrutaba lo que sucedía en ese momento. Dijo que mis senos eran dulces, carnosos, suaves y jugosos como los duraznos, me dijo que lo montara y que le enseñara el camino hacia el paraíso, gimiendo juntos llegamos al paraíso del placer y nos desvanecimos cansados y satisfechos.
Llegue a mi casa pasada las 8 de la noche, mi papá se encontraba sentado en su sillón favorito en la sala:
-¿Por qué llegas tarde?, dijo enojado, pero no sabía que responder en ese instante, no tenía cabeza para pensar e inventarle un pretexto, mi mente y sentidos estaban centrados acordándome de lo sucedido con tomas:
-contesta Penélope ¿Por qué llegas tarde? Carajo.
Contesto sumamente enojado, con los ojos rojos,  como si estuviera a punto de sacar sangre de sus, como los lagartos cornudos, esos reptiles que sacan sangre de los ojos para desviar a sus enemigos
-¡ya papá, por dios!, estaba en la biblioteca y se me hizo noche, conteste enojada
-Entiende Penélope que es peligroso estar tan tarde en la calle
-perdón papá, no quise contestar de esa manera tan grosera, perdón
-No te preocupes, lo bueno es que estas bien y sin ningún rasguño
-si tienes razón, bueno me voy al cuarto, y perdón por la forma en cómo te conteste, no fue mi intención, dije
-si hija lo entiendo, buenas noches.
Así pasaron los días, siempre le inventaba un pretexto nuevo a mi papá durante seis meses, pero en verdad me veía a escondidas con tomas explorando en nuestra intimidad cosas nuevas. Después de los seis meses, todo cambio, ya no veía muy seguido a tomas, cuando iba en las tardes a su departamento nunca lo encontraba y no contestaba a mis llamadas. Esos días fueron frustrantes, no sé porque tomas se distancio tanto de mí, no entendía su comportamiento, así pasaron los días hasta que por fin logre localizarlo al llamarle:
-tomas que pasa ¿Por qué no contestas mis llamadas?, dije celosamente enojada
-perdón Penélope es que… estaba fuera de la ciudad, dijo con una voz misteriosa y con duda
Me di cuenta que me escondía algo que no quería que supiera, ya no era el mismo tomas cariñoso de siempre, su voz sonaba diferente y distante. Me di la tarea de investigar porque actuaba conmigo de esa manera tan negativa, para mi sorpresa me entere que tenía otra mujer, una secretaria del despacho de papá y él, al enterarme grite eufóricamente queriendo romper todo lo que estuviera a mi paso, lo maldecía con palabrotas y hasta dije de lo que se iba a morir, mi sangre corría de mi cuerpo como motor de carro y Salí corriendo de mi cuarto dirigiéndome al escritorio de mi papá en busca de su pistola 9 milímetros que tenía en un cajón, en ese momento me imagine como llegaría al departamento de ese hombre descarado, machista y mierda de tomas, apuntándole la pistola y él, hincado de rodillas implorándome que no lo matara.
Al llegar a su departamento toque fuerte su puerta, ya casi a punto de tumbarla, en eso abrió tomas:
-oh ¡por dios! Penélope suelta esa pistola, me dijo asustado y con la voz acelerada
- eres un hijo de puta tomas, te di mi vida y mi tiempo y tú que me diste a cambio ¡mentiras, puras mentiras!, le dije llorando.
 Mis manos temblaban no de miedo sino de coraje y con la pistola firme le apuntaba la frente
-¡por el amor de dios Penélope! No hagas una locura, por favor hay que hablar como gente civilizada
-¿Cómo gente civilizada? Ahora quieres hablar así, eh, pero sabes que, no ya no quiero hablar contigo, eres un imbécil mal nacido pero aquí acabo tu vida, querido tomas
Apreté el gatillo, salieron dos disparos atravesando su pecho izquierdo llegando al corazón, matándolo instantáneamente, cayendo al suelo como cuando tiras el palo de una escoba al suelo. Me quede en shock, viéndolo tendido en el suelo. Los vecinos escucharon los disparos y salieron de sus casas, al ver lo sucedido llamaron a la policía, no tardaron en llegar al lugar de la tragedia, las sirenas se escuchaban cerca del lugar:
-Suelta la pistola y pon tus manos en la cabeza, dijo el policía apuntándome a una cierta distancia, arribaron rápidamente donde yo me encontraba, me esposaron y yo solo veía el cuerpo frio y duro de tomas, parecía un bello durmiente tendido en el suelo, todo lo que paso en ese momento parecía un sueño profundo del cual todavía no puedo despertar.
  

1 comentario:

  1. A mi me encanto ese cuento. muy mi tipo. entretenido y exitante el final.

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