TENTACIONES
Era el mes de junio, mi
padre organizo un banquete en la casa para festejar su cumpleaños número 46, la
fiesta estaba rodeada de gente abrumante, aburrida más que mi abuela Leticia y
su música de danzón, que lo único que provocaba en mi era sueño. Allí estaba
tomas, de unos 42 años, 4 años menor que mi padre pero con un aspecto físico
envidiable entre la gente de la fiesta, el hombre de sonrisa radiante, de ojos azules
fijos hacia a mí y que rodeaban hasta los deseos imposibles de hacer en ese
momento crucial en que nos miramos, se acercó a mí, sentí recorrer en mi cuerpo
un frio que no podía describir en ese momento, -¡Penélope! , ¿Cómo estás? Me
pregunto amablemente, -¡bien! don tomas todo bien-por favor Penélope, puedes
decirme tomas, con confianza.
Dime- ¿tienes planes para
salir mañana en la tarde?, pregunto
-Mmm… no, bueno al menos eso
creo, ¿Por qué la pregunta don tomas? Digo-¡tomas!
-Bueno, es que tu padre me
ha dicho que te encanta leer novelas de aventura y pensé si querías que te
prestara algunas novelas que tengo en mi
pequeña biblioteca de la casa-me dijo con una sonrisa que reflejaban en mi
deseos de poder hacer contacto sus labios con los míos
-claro, allí estaré presente,
conteste.
Al día siguiente trate de
ponerme lo mejor que tenía en mi closet, esa tarde el sol penetraba hasta mis
huesos, hacia una calor insoportable, así que decidí ponerme un vestido que me
llegaba hasta las pantorrillas, con estampados de flores de diferentes colores,
y un sombrero que le había quitado a mi abuela, me mire en el espejo y vi en mi
a una niña tal cual fuera a misa los domingos con su familia a deleitar la
palabra de dios y salir como una santa virgen.
-papá, voy a salir
-Se puede saber a dónde te
diriges-me pregunto misteriosamente
-A la biblioteca, a leer una
novela de aventura, que no he podido terminar de leer.
Bueno, vete con cuidado
hija, por favor cuídate mucho, quizás me lo dijo por lo que sucedió la semana
pasada, mi amiga Karla había desaparecido, sus padre la habían mandado a comprar
a la tienda que está a la vuelta, pero no regreso, tres días después la
encontraron muerta en un lote baldío cerca la Plutarco Elías, quizás por eso mi
papá dijo que fuera con cuidado a la calle. Llegue a la casa de tomas, era una
casa de dos plantas, con un colorido agradable, al entrar a la casa de tomas me
dirigió hacia su pequeña biblioteca. Al entrar quede sorprendida al ver la
multitud de libros, no pude resistir mis tentaciones y me dirigí hacia los
libreros donde estaban las novelas, no sabía por cual empezar, todas eran
realmente interesantes. De repente sentí un aire húmedo cerca de mis oídos,
unas manos gruesas y largas, cogiendo mi cintura y acariciándolas con una
ternura, después sentí sus labios recorriendo mi cuello como si se tratase de
un mapa, sentía un calor desprendiéndose de mi cuerpo excitado. Sus labios y
los míos se tocaron, no sé en qué momento sucedió el beso apasionado. Me
desprendió el vestido que traía puesto, parecía un león salvaje atacando a su
presa para poder comer, yo no pude hacer
nada, disfrutaba lo que sucedía en ese momento. Dijo que mis senos eran dulces,
carnosos, suaves y jugosos como los duraznos, me dijo que lo montara y que le
enseñara el camino hacia el paraíso, gimiendo juntos llegamos al paraíso del
placer y nos desvanecimos cansados y satisfechos.
Llegue a mi casa pasada las
8 de la noche, mi papá se encontraba sentado en su sillón favorito en la sala:
-¿Por qué llegas tarde?,
dijo enojado, pero no sabía que responder en ese instante, no tenía cabeza para
pensar e inventarle un pretexto, mi mente y sentidos estaban centrados
acordándome de lo sucedido con tomas:
-contesta Penélope ¿Por qué
llegas tarde? Carajo.
Contesto sumamente enojado,
con los ojos rojos, como si estuviera a
punto de sacar sangre de sus, como los lagartos cornudos, esos reptiles que
sacan sangre de los ojos para desviar a sus enemigos
-¡ya papá, por dios!, estaba
en la biblioteca y se me hizo noche, conteste enojada
-Entiende Penélope que es
peligroso estar tan tarde en la calle
-perdón papá, no quise
contestar de esa manera tan grosera, perdón
-No te preocupes, lo bueno
es que estas bien y sin ningún rasguño
-si tienes razón, bueno me
voy al cuarto, y perdón por la forma en cómo te conteste, no fue mi intención,
dije
-si hija lo entiendo, buenas
noches.
Así pasaron los días,
siempre le inventaba un pretexto nuevo a mi papá durante seis meses, pero en
verdad me veía a escondidas con tomas explorando en nuestra intimidad cosas
nuevas. Después de los seis meses, todo cambio, ya no veía muy seguido a tomas,
cuando iba en las tardes a su departamento nunca lo encontraba y no contestaba
a mis llamadas. Esos días fueron frustrantes, no sé porque tomas se distancio
tanto de mí, no entendía su comportamiento, así pasaron los días hasta que por
fin logre localizarlo al llamarle:
-tomas que pasa ¿Por qué no
contestas mis llamadas?, dije celosamente enojada
-perdón Penélope es que…
estaba fuera de la ciudad, dijo con una voz misteriosa y con duda
Me di cuenta que me escondía
algo que no quería que supiera, ya no era el mismo tomas cariñoso de siempre,
su voz sonaba diferente y distante. Me di la tarea de investigar porque actuaba
conmigo de esa manera tan negativa, para mi sorpresa me entere que tenía otra
mujer, una secretaria del despacho de papá y él, al enterarme grite
eufóricamente queriendo romper todo lo que estuviera a mi paso, lo maldecía con
palabrotas y hasta dije de lo que se iba a morir, mi sangre corría de mi cuerpo
como motor de carro y Salí corriendo de mi cuarto dirigiéndome al escritorio de
mi papá en busca de su pistola 9 milímetros que tenía en un cajón, en ese
momento me imagine como llegaría al departamento de ese hombre descarado,
machista y mierda de tomas, apuntándole la pistola y él, hincado de rodillas
implorándome que no lo matara.
Al llegar a su departamento
toque fuerte su puerta, ya casi a punto de tumbarla, en eso abrió tomas:
-oh ¡por dios! Penélope
suelta esa pistola, me dijo asustado y con la voz acelerada
- eres un hijo de puta
tomas, te di mi vida y mi tiempo y tú que me diste a cambio ¡mentiras, puras
mentiras!, le dije llorando.
Mis manos temblaban no de miedo sino de coraje
y con la pistola firme le apuntaba la frente
-¡por el amor de dios
Penélope! No hagas una locura, por favor hay que hablar como gente civilizada
-¿Cómo gente civilizada?
Ahora quieres hablar así, eh, pero sabes que, no ya no quiero hablar contigo,
eres un imbécil mal nacido pero aquí acabo tu vida, querido tomas
Apreté el gatillo, salieron
dos disparos atravesando su pecho izquierdo llegando al corazón, matándolo
instantáneamente, cayendo al suelo como cuando tiras el palo de una escoba al
suelo. Me quede en shock, viéndolo tendido en el suelo. Los vecinos escucharon
los disparos y salieron de sus casas, al ver lo sucedido llamaron a la policía,
no tardaron en llegar al lugar de la tragedia, las sirenas se escuchaban cerca
del lugar:
-Suelta la pistola y pon tus
manos en la cabeza, dijo el policía apuntándome a una cierta distancia,
arribaron rápidamente donde yo me encontraba, me esposaron y yo solo veía el
cuerpo frio y duro de tomas, parecía un bello durmiente tendido en el suelo,
todo lo que paso en ese momento parecía un sueño profundo del cual todavía no
puedo despertar.